No hay mucho margen para Nacional y Estudiantes. El que gane estará a punto de consagrarse como el mejor de América, por eso la revancha de mañana tiene un gusto especial y las responsabilidades son más grandes.
Estudiantes tiene otra cita con la historia ante la historia misma porque Nacional es eso en la vecina orilla. Es un grande en si mismo que mira de reojo a Peñarol, su principal comparación.
Pero en el partido de mañana los egos quedarán reducidos solo al Tricolor y al Pincha. La semana pasada en La Plata los dos demostraron hombría para jugar los primeros 90 minutos pero en el juego de mañana las cosas van a cambiar por varias cuestiones.
En principio Nacional tendrá la necesidad de afrontar y enfrentar el partido con otra obligación porque deberá ganar para acceder a una nueva final de Copa Libertadores luego de 21 años. En el caso del Pincha las distancias se amplían aún más teniendo en cuenta que la última final que protagonizó, paradójicamente, fue ante el Bolso en el 71.
Los análisis que se pueden hacer con relación al partido que se desarrollará en el Centenario tienen que ver más con lo que pueden hacer que con lo que hicieron el jueves pasado en La Plata.
Y los argumentos respecto de esto tienen que ver con que por ejemplo Estudiantes no podrá contar con Juan Sebastián Verón, su abanderado y emblema que hace que el juego del Pincha tenga un toque distinto en cada ataque. Al no estar Veron, lo podrían reemplazar dos jugadores con características muy distintas. Por un lado si juega Matías Sánchez, el equipo perderá juego pero ganará en marca, quite, y posiblemente mayor despliegue.
Y la segunda carta para sustituir al “11” sería la inclusión de Diego Galván, pasando de esta forma el Chino Benítez a la posición de Verón y Galván iría a la izquierda. En este caso el equipo tendrá manejo en el medio con Benítez y mayor despliegue y explosión por la banda con el ex Olimpo. Ésta parece ser la variante más factible porque el equipo “sentiría” menos la baja de Verón. El resto del equipo será igual.
Pero Nacional si tendrá que cambiar. No en relación al buen partido que hizo en La Plata. En ese metier cumplió pero tendrá que llevar las riendas del partido y esto puede complicarlo. Los uruguayos tienen equilibrio en todas sus líneas pero hasta ahora no han sido atacados en instancias decisivas y esto es una incógnita que la podrá develar únicamente Estudiantes con un juego ágil, inteligente y agresivo.
Si los de Sabella no explotan esa faceta del juego, las posibilidades de pasar a la final se diluirán con el correr de los minutos. Lo bueno es que ambos equipos tienen variantes para rediseñar sus planteos tácticos. Peluso y Sabella pueden poner un equipo “contragolpeador” con solo mover un par de piezas en el aspecto táctico.
En el caso de los uruguayos pueden parar a Lodeiro como enganche o bien pasarlo casi como mediapunta, pasando “Ojota” Morales a la función de enganche. O bien, si es necesario puede retrasarse y parar una línea de cinco defensores poniendo a Álvaro Fernández como un zaguero bis. Aunque esta variante quedará supeditada a lo que defina Peluso porque por estas horas se especula que el titular sería el ex Gimnasia, Federico Domínguez.
Sin embargo, más allá de las hipotéticas variantes o planteos de juego, lo más importante será la personalidad que muestre cada uno.
El que se imponga este juego de “egos” y “fibras” tendrá gran parte de la batalla ganada. Parece obvio pero en estas circunstancias no todos los planteles pueden “aparecer” en el momento justo. De ahí que será decisivo que el Chapu Braña se disfrace de Verón para ordenar, hablar y replantear el juego. Detrás del “22” tendrán que encolumnarse varios pesos pesados como el Flaco Schiavi o el Chavo Desábato que varias veces verán el partido desde una platea imaginaria.
El equipo que mantenga y pueda hacer prevalecer un temperamento más fuerte durante los últimos 90 minutos de la serie de semifinales será el que supere una batalla deportiva que acarrea bastantes connotaciones extrafutbolísticas.
Para unos (Nacional) el resultado de la ida es bueno y alienta a pensar que pueden dar vuelta la serie y llegar a la final, en tanto para otros (Estudiantes) el partido podrá marcar una tendencia real y casi absoluta de un plantel que si pasa esta instancia estará demasiado cerca de un objetivo que hoy cuesta dimensionar la valía que implicaría poder alcanzarlo.